Aldeacipreste


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Nuestras mujeres

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CENTRO DE EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS “MATEO HERNÁNDEZ” DE BÉJAR Y COMARCA


Aldeacipreste Grupo de Mujeres. AULA DE PERSONAS ADULTAS .

Nuestro grupo y este trabajo.
Es el que asiste a las clases de EPA (Educación de Personas Adultas), dependiente del centro Mateo Hernández, de Bejar, del que Luis es profesor y que comenzó el curso 2000-2001. Dos días, por la tarde, de 6 a 7,30; Luis venía y hacíamos nuestras clases. este curso, 2002 - 2003, se ha aumentado un día más, casi con el mismo horario.
Nos "apuntamos" o matriculamos unas 25, todas "mayorcitas", pero con ganas de aprender y hacer cosas antiguas y nuevas.
Todas formamos parte de la Asociación Cultural, aunque cada cosa es independiente y ya llevamos varios años de funcionamiento. Por eso, nos hemos acoplado muy bien a esta nueva actividad.
No hay hombres, no porque el programa o la convocatoria fuese para mujeres. Simplemente porque los hombres no han venido. Y como ya estamos acostumbradas a funcionar así, "cosas de mujeres", pues no ha habido ningún problema.
Nuestras clases, seguramente son atípicas.
Nuestra edad y condición o circunstancias no nos "permiten" llevar a rajatabla un programa, tal como el ministerio cree que deba hacerse. Así que acomodamos el programa a nuestras necesidades y gustos con lo que Luis nos podía ofrecer.
Algunas de nosotras ya tenemos dificultades para la lectura y escritura "normal", nuestras memorias y resto de capacidades mentales y físicas, por desgaste, desuso... y algo de pereza, a veces, están un poco oxidadas o lentas. De ahí que nos cuesta mantener la atención y resto de capacidades en tensión durante largo tiempo, o al menos el que dura la sesión: hora y media, entre que llegamos, nos situamos, nos vamos...
Algunas de nosotras vivimos solas. Nuestra salud se re siente y muchos días nos cuesta salir de casa, cuanto más ir a clase o lo que sea. Con lo que venir a nuestra aula supone un esfuerzo que no siempre podemos o estamos dispuestas a realizar de buen grado. A veces nos ausentamos del pueblo temporadas para ir a pasarlas con nuestros hijos...
Pero, y por todo ello, es más necesario y conveniente salir de la "la cocina" y juntarnos con los demás. Aunque solo sea para vernos, charlar y contarnos las penas.
Además, somos conscientes de las grandes lagunas educativas y culturales que tenemos y que nos gustaría eliminar. Queremos recordar lo olvidado, aprender cosas nuevas, superar la rutina de la casa y os oficios...
Por eso, asistimos gustosas y contentas, y deseamos que llegue la hora.
Y teniendo en cuenta nuestros gustos y necesidades con las sugerencias de Luis, hemos ido haciendo diferentes actividades en nuestras clases. Pero de todo, lo que más nos ha "enganchado" y gustado ha sido recordar nuestro pasado, nuestras tradiciones, el recuerdo de las canciones..
Y los ejercicios de mantenimiento que nosotras llamamos Gimnasia y que nos viene maravillosamente bien, tanto para nuestros cuerpos, como para nuestras mentes.
Las canciones han ido saliendo lentamente, trocito a trocito, una tras otra, como la lana de la madeja. Tiras y tiras y cuando te quieres dar cuenta ya tienes ovillos suficientes para tejer la pieza.
Así los romances, los cantares, las jotas, los villancicos.. Alguien recordaba un trocito de la letra o la música (la "tona") Otra, otro trocito. Copiábamos eso que habíamos recordado y en casa lo releíamos, repasábamos una vez más y lo guardábamos hasta completar el "muestrario".
Junto con las canciones hemos ido recordando y reviviendo sentimientos pasados, enterrados muy dentro del arca de nuestros corazones, nuestras vidas, la vida de nuestras gentes, de nuestro pueblo..
Por la pantalla de nuestra clase han ido desfilando las imágenes de hechos, personas...que nos han ido desvelando el pasado de nuestro pueblo y el propio, imágenes de otros tiempos, cuando todos éramos más jóvenes, cuando el pueblo era más grande, había más vida y esta era de otra manera.
Hemos añorado lo que que se fue y lo que queda, y lamentado tantas cosas buenas que se perdieron y se marcharon para siempre y de las que solo permanecen algunas cenizas en el recuerdo.
Y para que el olvido no cubra con su manto silencioso nuestros paisajes interiores y acalle las voces que un día llenaron de vida cada rincón de nuestro pueblo y su tierra, hemos querido plasmarlo en unas hojas y ponerlo a disposición de todos.
Para que, como nosotras hemos disfrutado reviviéndolas, los demás podáis hacerlo y entre todos seamos capaces de rescatar esa página de nuestra historia, que es parte de la más amplia y larga de nuestro pueblo, de la que todos hemos sido protagonistas.
Después de tres años de trabajo común hemos recopilado una serie de escritos en los que se reflejan nuestros sentimientos, vivencias, recuerdos..
Como en la vida misma, aquí ni está todo lo que es ni es todo lo que está: aquí se incluye lo que hemos recordado, una pequeña parte de lo que constituye nuestra memoria colectiva y de nuestro acerbo cultural.
Nosotras hemos ido recogiendo lo que quedaba en el desván o arca de nuestras memorias, todo revuelto.
Después hemos intentado separar cada cosa, desechando, clasificando hasta donde hemos sido capaces.
El cariño hacia nuestro pueblo, el sentimiento de que muchas cosas buenas se perdieron y que las escasa reliquias que aún quedan corren el mismo riesgo, nos decidió a redoblar nuestro esfuerzo para plasmarlo por escrito y así no se borre de la memoria y nos sirva a todos de "recordatorio"
También para que sirva y estimule a continuar rescatando todo los posible. Mejorando y ampliando este trabajo.
Creemos que es tarea de todos continuar la senda - para que el tiempo y la maleza no terminen de borrar la huella - y acabar esta tarea, apenas comenzada.
Nuestro deseo es que el carro de nuestra historia no se quede parado y que en él vayamos cargando todo cuanto vayamos rescatando del olvido, para que, espiga a espiga hasta formar gavillas, hagamos un gran parva para acometer la trilla y después la limpia, veteando bien para separar el grano de la paja que sirvan de alimento a nuestros animales y a las personas que sentimos el hambre de no dejar perder lo que aún perdura...

Ánimo, pues, y manos a la obra, que queda mucho por andar y hacer.

La Aldea y sus mujeres


En el trabajo de estas mujeres se ha incluido apartados en los que algunas de las composiciones que se narraban o cantaban en el trabajo, sobre todo en la escarda, "que era cuando más se cantaba porque se reunían varias cuadrillas, se picaban unas con otras y para combatir la dureza del trabajo, procuraban pasarlo bien". También al amor de la lumbre, sobre todo en las largas noches de invierno y a la luz de los tizones, ya que " el candil se apagaba pa ahorrar aceite, que había poca" candil

Los hay tradicionales y, sobre todo, de ciego, "a los que se los aprendíamos de viva voz o comprando los papeles que traían".

A nustro pueblo venían varios ciegos; el que más frecuentemente venía era Tio Juan "El Cierva", de Montemayor, que tocaba la guitarra y su mujer, tia Gapita, le llevaba de la mano y acompañaba con los hierros. También venían el de Valdefuentes y su mujer y el del Casar, que tocaba "l'acordeón" y su mujer los hierros y solía rematar sus composiciones así:

"Si quieres saber quién es
el autor de estos cantares,
es "El Ciego del Casar"
que es natural de Linares"

este era, tal vez uno de los últimos que corrieron de pueblo en pueblo y más famoso en toda la comarca.
Quizá, si seguimos hurgando en nuestras memorias, saldrían muchos más, pues de algunos recordamos sólo la introducción o alguna pequeña parte, como el de "la Romera" y otros.
Hasta todo queda aquí, pero seguro que para otra ocasión habrá más.


Representación mujeres de Aldeacipreste
Antiguamente las mujeres de Aldeacipreste como en tantos otros pueblos de la comarca iban ataviadas con un pañuelo negro sobre su cabello, dejando ver sus mejillas sonrojadas y quemadas por el sol. Una saya larga les cubría de arriba abajo. En el pueblo crecieron, amaron y las amaron, tuvieron días alegres y amargos. Con modestia salían a la calle sin girar la vista atrás,
El pueblo es el de siempre y saben que su vida y su gente aquí están. Orgullosas pueden estar, poseen todo o casi todo, se lo merecen..
Aunque la vida algún tiempo les fue mal, sentirla les fascina y por eso todas juntas recordaron viejos tiempos sin pena que dar.
Mucho queda por decir y guerra que dar.
Las fotografías representan un momento del pasado haciéndose presente para nosotros como un testimonio vivo.
Las mujeres en este caso pasaron a convertirse en objetos de la cámara fotográfica perdiendo el protagonismo de su historia.
Las fotografías nos descubren los escenarios de su época. Desde las primeras imágenes, estas mujeres se retrataron fuera de su espacio privado. Nos hicieron ver su trabajo en los lavaderos, los mercados del pueblo y los espectáculos entre vecinos…, etc.

ver fot


Viejo candil de aceite


Entrada de la antigua sede


Sala 1


Sala 2


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